Coyhaique, marzo de 2012, en las postrimerías del conflicto que sacudió a la Patagonia y Chile entero, el día que la delegación de la mesa social viajaba hacia Santiago para entablar el diálogo que La Moneda había negado, dos mujeres, al enterarse que a metros de la sede de la ANEF de Aysén donde se encontraban, un grupo de efectivos de Fuerza Especiales de la policía militarizada de Carabineros de Chile cenaba, consumiendo sendas parrilladas. Sin pensarlo dos veces, decidieron ir a expresarles, en su cara, toda la indignación que tenían por el rol extremadamente represivo y violento que estos uniformados habían jugado durante el desarrollo del conflicto.
El paso de laS FF.EE. por la región aún es recordado en la Región de Aysén, fundamentalmente por dos cosas:
1) La inusitada violencia con la actuaron, comportándose como fuerzas de ocupación, vejaron, golpearon, balearon y azolaron la región, durante los días que estuvieron allí, mandatados por el gobierno de Sebastián Piñera.
2) La derrota política y moral que sufrieron a manos de un pueblo movilizado que se sobrepuso al terror y enfrentó, con lo que tuvo a mano, a las fuerzas invasoras, obligando al gobierno, a ordenar su retiro.
Sin embargo el daño que provocaron, el terror que sembraron, las heridas que produjeron aún están latentes y la gente no olvida lo ocurrido.
Ese día de marzo, dos mujeres solas, con el coraje y valentía que da la dignidad; sin temor a lo que pudiera ocurrirles, irrumpieron en el restaurant donde estaban los efectivos, esto es lo que sucedió.
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