VALPARAÍSO: Otra del Alcalde Castro (UDI): Palacio Baburizza, su sigilosa privatización.Vía La Otra Voz

El Palacio Baburizza, luego de ser recuperado con fondos públicos, fue entregado insólitamente por el Concejo Municipal de Valparaíso a manos de una corporación privada.

 

Palacio Baburizza: su sigilosa privatización y los millones que fueron a parar a empresarios.

El Palacio Baburizza, luego de ser recuperado con fondos públicos, fue entregado por el Concejo Municipal de Valparaíso a manos de una corporación privada por ser más eficiente en su administración financiera supuestamente.

Luego de su restauración y reapertura después de 15 años, el funcionamiento del Palacio Baburizza fue entregado a manos privadas. El antiguo concejo municipal de Valparaíso determinó que era mejor que una corporación lo administrara porque el municipio no podía solventarlo. Sin embargo, este año se le otorgó 100 millones de pesos para el Museo de Bellas Artes de Valparaíso, ahora –justo- que otras organizaciones son las encargadas.

Por Andrés Ojeda y Francisco Rivera

Enclavado en el paseo Yugoslavo, el palacio Baburizza ha sido un observador pasivo de la historia de la ciudad puerto. Primero, como una casa privada que albergó a familias de alcurnia, para después ser parte del municipio porteño albergando al Museo de Bellas Artes (hasta el día de hoy). En sus dependencias se encuentran obras emblemáticas como “El puerto de Valparaíso” de Rugendas o “El Paseo Atkinson” de Helsby, entre otras, que han resistido el pasar de los años y una pésima administración y mantención; sin embargo, esto debería cambiar.

Desde el 2012, con una inversión de más de $2 mil millones, esta patrimonial casona, que se encontraba en ruinas, fue reabierta tras 15 años de clausura. Con este tremendo paso también pasó a convertirse en la Corporación Municipal de Bellas Artes, desligándose el municipio en parte de su responsabilidad y cayendo en manos privadas, una privatización sin muchos cuestionamientos, pero que esconde aristas interesantes, pese a que el alcalde Castro pertenezca al directorio.

LA HISTORIA EN SUS PAREDES

La historia del conocido Palacio Baburizza se remonta a 1925, cuando fue mandado a construir – a la salida del ascensor El Peral en Cerro Alegre- por el comerciante italiano, Ottorino Zanelli, quien murió antes que fuese entregado. Posteriormente, fue vendido a Pascual Baburizza, empresario salitrero, que le heredó la casa a su sobrino Juan Baburizza y luego la pinoteca fue donada al Municipio de Valparaíso. En 1906 después del terremoto, el Museo Bellas Artes al perder el Teatro Victoria, se instaló en la antigua casa, hasta que en 1971 fue vendido a la municipalidad, creando el Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso.

En la gestión del ex mandatario Salvador Allende, se entregaron los fondos necesarios desde la Presidencia al Municipio de Valparaíso para que funcionara el museo, y así lo hizo hasta el golpe de Estado en 1973. Durante la dictadura militar y en los primeros tiempos del gobierno de la Concertación, el palacio quedó descuidado y abandonado. Debido a esto, el material fue destruido por termitas, lluvias, entre otros factores, cerrando sus puertas en 1997. Afortunadamente, las colecciones pictóricas se lograron salvar, gracias a funcionarios que se preocuparon, las sacaron y las guardaron en una bodega con las condiciones necesarias para su mantención.

Luego de 15 años cerrado, el Museo Municipal de Bellas Artes vio nuevamente la luz  en Valparaíso. Gracias a la restauración del Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV) (revisa su informe), de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), que representó una inversión de más de 2.100 millones de pesos. Esta restauración, hace poco, recibió el “Premio Nacional de Conservación año 2013” de parte del Consejo de Monumentos Nacionales.

LA FEROZ PRIVATIZACIÓN

El año 2012, el Concejo Municipal de Valparaíso constituido en esa fecha, luego de ver la impresionante restauración y reapertura del Palacio Baburiza, decidió entregar la administración del museo a una Corporación. Es decir, externalizó esta función -que tradicionalmente había sido del Municipio porteño- y fue entregada a una sociedad privada, para así supuestamente tener más posibilidades para postular a diversos fondos. Aunque la razón de fondo esgrimada paraesta determinación fue el déficit económico de más de 30 mil millones de pesos de la Municipalidad de Valparaíso. Una decisión que no fue realmente controversial en el Concejo, aprobándose fácilmente con una mayoría formada por el acalde Castro y concejales tanto de la Alianza como de Concertación.

Sin embargo, para el concejal Alberto Neumann (PC), quien fue entrevistado -por este medio- semanas antes de su defunción, esto fue realmente una privatización escondida. “El alcalde propuso, y fue aprobado por una mayoría, pasárselo a una corporación privada. Es decir, privatizar la gestión, la administración, el uso y el goce, tanto del edificio como las colecciones. Es una privatización escondida porque si bien la propiedad sigue siendo municipal, el resto de los ámbitos se privatiza”, explicó el ex edil.

Según el fallecido concejal, existieron presiones desde arriba para que el Palacio Baburizza  pasara a ser manejado por una Corporación. “En esto presionó el Gobierno al Municipio y al Alcalde, que lo entregara, que no fuera la Municipalidad que lo viera, porque no se tenía confianza en ésta, debido a que está desfinanciado y tiene muchas fallas en la gestión. Se pensó que una corporación privada podría tener mayor seguridad y aportar fondos que el municipio no tiene” señaló en tal ocasión Neumann.

A pesar que la decisión de ceder la administración del museo a una corporación se fundamentaba en la posibilidad de autofinanciamiento, el Municipio hoy subsidiara a esta organización con 100 millones de pesos.

A pesar que la decisión de ceder la administración del museo a una corporación se fundamentaba en la posibilidad de autofinanciamiento, el Municipio hoy subsidiara a esta organización con 100 millones de pesos.

Sin embargo, para la mayoría de los concejales, tanto de aquella época como actuales, la medida los tiene satisfechos. Para el ahora concejal Eugenio González (Independiente UDI), esta fue la determinación correcta. “Desde el punto de vista de la rapidez, desde el mantenimiento, desde que ellos se pueden autofinanciar, postulando a fondos, yo creo que es buena la corporación”, señaló González.

Para el concejal Eugenio Trincado (DC), quien votó a favor de la medida en su momento, la Corporación era la única forma en que el palacio podía continuar. “Lamentablemente, el municipio está quebrado, tiene un déficit de más de 30 mil millones pesos. Esta corporación funcionaría con el único principio de mantener un financiamiento apropiado para la administración del museo”, señaló Trincado.

De esta misma forma, concejales como Marcelo Barraza (DC) y Marina Huerta (DC) también señalaron que apoyaban esta moción, principalmente por la crisis económica que aqueja al Municipio y la posibilidad que tiene esta corporación de postular a fondos concursables.

Sin embargo, hay disidentes como la concejala Paula Quintana (PS), que estiman que ésta no era la mejor opción. “Me preocupa en particular por la experiencia que tenemos con corporaciones. La experiencia nos ha dicho que se toman decisiones tremendamente negativas, o más que sean negativas, es que son decisiones que se toman a la espalda de la municipalidad y la ciudadanía. Entonces, se puede trabajar en base a un secretismo, que nadie controla, porque por ser una corporación privada no están sujetas a la ley de transparencia”, ejemplificó la edil.

UN GRAN SUBSIDIO PESE A CRISIS

Crisis financiera, esa fue la principal razón para transferir la administración del Palacio Baburizza a una corporación. El Municipio no podía costear los gastos del museo y no era capaz de autofinanciarse, aún así, alegando falta de dinero, se le entregó a manos privadas la subvención de 100 millones de pesos (revisa el acta del concejo). Dineros que serían para darle el empuje inicial a esta corporación, sin embargo, no se descartan futuros subsidios. Por ejemplo, según el concejal Trincado, se planteó “la entrega de 100 millones ahora, y el objetivo es ir bajando progresivamente los recursos hasta llegar a cero”.

Para otros en cambio, el subsidio es sólo por esta vez, como señala el concejal González, “si la corporación no se logra financiar y siguen pidiendo dinero todos los años, bueno ahí yo me paro, porque la cosa no es así. Yo dejé muy claro como presidente de la Comisión Cultura, que nosotros íbamos a hacer la entrega de 100 millones de pesos y que no vinieran a pedir más”, dice enfático, sobre una subvención proveniente de fondos públicos.

De todas formas, existen miembros del concejo que consideraron esta última medida inaceptable. La concejala socialista, Paula Quintana, se quejó por esta situación. “Me parece que los recursos municipales, que son tan escasos, se tienen que destinar a la gestión pública, y si en este caso se decidió traspasar la administración a una corporación privada, entonces creo que la administración debiese autofinanciarse”.

Es de esperar, ya que palacio está irremediablemente en manos de la Corporación Museo de Bellas Artes -entre cuyos miembros se encuentran personalidades como Beltrán Urenda (Grupo de Empresas Navieras S.A), el Diputado Edmundo Eluchans (Presidente de la Fundación Renzo Pechenino, Lukas), Rodolfo Codina (Presidente de la Corporación del Patrimonio Marítimo), Claudio Osorio, (Primer vicepresidente de la CRCP), Chantal Signorio (Presidenta Fundación Puerto de Ideas), entre muchos otros- que efectivamente mejore la gestión, y no siga necesitando de fondos públicos para continuar con su funcionamiento. LOV

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