Viejo, me gustaría contarte en qué andamos, cómo hemos crecido, deletrearte el nombre de un vocero-candidato que ha logrado unir a muchos en pos de los sueños que estaban fragmentados, que ha devuelto al pueblo la idea de ser gobierno, que hemos vuelto a cantar con mística y alegría las canciones que tú cantabas en la campaña y en el Gobierno Popular…29 años han pasado desde que decidiste quedarte a cuidar la retirada de tus hermanos, gracias a eso hoy conozco a varios de los que estuvieron junto a tí ese 23 de agosto recuperando dignidad para el pueblo.
Viejo, el año 2010 te contaba, en el homenaje del MPMR en el Memorial, que la patria comenzaba a cambiar, pero jamás imaginé que sería tanto y tan rápidamente. Desde el 2011 se han vuelto a respirar aires ochenteros, por un lado la respuesta de los patrones en el gobierno ha sido nuevamente la de la represión y, por la otra, el pueblo decidió no aguantar más. Los estudiantes, entre los que se encuentra tu nieto Nicolás, hoy en la U. de Chile, y tu nieta Camila, presidenta de su curso y partícipe de la toma del Liceo 7, han dicho basta a la educación segregacionista que impuso el dictador y mantuvieron sus entusiastas defensores de la concertación, han puesto la institucionalidad antidemocrática en crisis, dejando al desnudo a la autodenominada “clase política” que está cada vez más lejos del pueblo y los trabajadores.
Aun esperamos más sorpresas de estos muchachos y muchachas que, con su irreverencia, nos han hecho recuperar la mística extraviada y las ganas de volver a la lucha, esta vez para vencer. Lamentablemente muchas de las cosas con las que contábamos en esos años hoy no están. En primer lugar ustedes, aunque otros hemos ido ocupando sus lugares y ya son muchos los que han querido ponerse a disposición, como los compañeros que organizan este homenaje.
Falta la unidad de los que luchan, la unidad de miles de comunistas sin carnet que hacen su aporte en diversos espacios, aunque surgen instancias de unidad amplia y diversa que trae aires de revolución.
Falta la organización de la clase, hoy dividida, mientras su dirección ha sido usurpada por burócratas sin sindicato base y con una moral muy lejana a la de Luis Emilio Recabarren, Clotario Blest y Luis Figueroa. Pero ya se levantan nuevos dirigentes de los trabajadores, de esos honestos y jugados, de esos que no buscan más que servir a la clase y siguen emergiendo cabezas lúcidas de las universidades y colegios de nuestra patria.
Ya sabemos, querido viejo, que si hacen falta herramientas solamente hay que ir a buscarlas, como lo hicieron ustedes, para defender las conquistas y avanzar en el camino de la libertad y la dignidad.
Padre, tus nietos hoy te conocen, han preguntado por ti y saben que te gustaba recitar a Neruda, que componías muebles, que fuiste actor en el teatro del Sindicato MADECO, que fuimos pobres pero felices, que el golpe de Estado no sólo terminó con el sueño de construir una patria para todos, sino también con tu matrimonio, que formaste una familia nueva, sin dejar de lado a tu hijo, donde tienen más tíos y una tía que los regalonea cuando los tiene cerca.
Sabe también que no fuiste un loco ni un superhéroe, sino solamente un hombre que amaba a sus hijos, a su compañera y a su pueblo. Que por ese amor inmenso se convirtió en un revolucionario, que no dudó en poner su vida en las manos de otros y otras como él para enfrentar a los criminales, que sintió que las armas eran solamente una extensión de los puños del obrero luchando contra la explotación y el crimen, que siempre tuvo la certeza de que las palabras del compañero Presidente se harían realidad y que, más temprano que tarde, serían otros hombres y mujeres los que superarían aquel momento gris y amargo para abrir las alamedas y construir una patria justa pata todos.
Pareciera que ahora es cuando, viejo querido, dependerá de miles de hombres y mujeres que, como tú, hoy están dispuestos a levantar la dignidad tan alta como la cordillera.
Un abrazo de tus hijos y de tus nietos, de tus hermanos y compañeros.
Vamos camino a La Moneda…Hasta la victoria, siempre.