pública FeL Chile frente a la coyuntura eleccionaria 2013
La apertura del ciclo de movilizaciones iniciado desde el 2005 por sectores productivos, pasando por estudiantes secundarios y universitarios, llega el 2011 a su clímax, vigorizando un proceso que viene a poner en la centralidad del debate político la reconstrucción del movimiento popular, su movilización y la transformación de la subjetividad de amplias capas de la sociedad, tensándola hacia la develación de los problemas estructurales del neoliberalismo. Este proceso ha generado fisuras en el modelo, manifestadas en una desconfianza al duopolio político y una crisis de legitimidad de la institucionalidad, consecuencia de la incapacidad para dar respuesta sustancial a las demandas populares.
De esta forma, la presente coyuntura electoral ha significado un reacomodo de las fuerzas políticas en el interior del bloque dominante, con el objeto de mantener la gobernabilidad, relegitimar el sistema político y salvaguardar los intereses de las clases dominantes en Chile, así como del empresariado nacional y transnacional. Dentro de este proceso de reacomodo se evidencia la carencia de liderazgos sociales de la derecha, con cuatro candidatos presidenciales en un corto período de tiempo, un gobierno incapaz de lograr su continuidad ni mejorar sus niveles de aprobación.
Destaca dentro de este escenario, la situación que atraviesa la Nueva Mayoría (ex Concertación). Durante el último año, de cara a estas elecciones y un potencial nuevo gobierno, se ha podido observar un proceso de reajuste de las fuerzas en su interior, que se tradujeron en la inapelable derrota de los sectores conservadores de la DC en las primarias, en la reciente incorporación masiva de representantes de sectores neoliberales al comando de Michelle Bachelet y el apoyo abierto que ha tenido su candidatura por parte de la Burguesía Transnacional.
Además, no se puede dejar de mencionar el potencial de cooptación de la movilización social y sus demandas que significa la candidatura de Michelle Bachelet, tanto por la incorporación del PC, con amplia inserción dentro de las organizaciones sociales de masa del movimiento popular, como la de reconocidos representantes de los movimientos sociales de los últimos años. De esta manera, se plantea un proyecto de gobierno que se puede caracterizar, al mismo tiempo, por un programa de apariencia progresista y que pretende avanzar en el aseguramiento de algunos derechos sociales mínimos, pero sin transar en el desarrollo y profundización del programa neoliberal.
Dado este escenario político, para el FeL la centralidad es fortalecer y blindar el movimiento popular desde el sector estudiantil, aportando a la convergencia política y programática del movimiento social y avanzando en la unidad multisectorial que nos permita generar la acumulación de fuerza social revolucionaria para socavar los blindajes institucionales del modelo.Todo lo anterioren clave de Ruptura Democrática, es decir, orientado a avanzar hacia un proceso de inestabilidad económica e ingobernabilidad política, generando el escenario para la consecución de demandas democráticas fundamentales para el fortalecimiento de la organización y la calidad de vida de la clase trabajadora. Es por las razones acá mencionadas que para nosotros y nosotras no es prioritario en este periodo la disputa electoral.
Sin embargo, saludamos el esfuerzo de la unidad de la izquierda en sus ejes programáticos y políticos, como convocatoria que está convergiendo en el espacio de Todos a la Moneda, ya que abre la posibilidad para construir un movimiento político y social amplio posterior a las elecciones presidenciales. En particular, respaldamos a los y las compañeras de Red Libertaria, pues compartimos con ellos/as la estrategia de Ruptura Democrática.
Este escenario nos exige mantener abierto el ciclo de movilización iniciado el año 2011, para evitar la cooptación por parte del reformismo y los sectores progresistas, que apuntan a mantener la gobernabilidad sin tocar los pilares estructurales del modelo neoliberal chileno.
Por ello es importante generar las condiciones para la Ruptura Democrática, mediante la construcción multisectorial que cuente con un programa democrático con legitimidad de origen y en clave socialista. Lo que permita converger a los sectores revolucionarios, anticapitalistas y antineoliberales en un gran polo de clase, el que mediante la acción directa de masas apueste conseguir sus reivindicaciones. En este plano y proyectando el avance de la izquierda libertaria en nuestro país, podremos fortalecer el movimiento popular, con el objetivo de abrir un nuevo ciclo de la lucha de clases, que sea favorable para el pueblo trabajador.
¡Arriba las y los que luchan!
¡Por el socialismo y la libertad!
¡Venceremos!