Carta abierta a Marcel Claude y al Comando Todos a la Moneda
Estimados Marcel Claude y miembros del Comando Todos a la Moneda.
Desde hace meses que manifestamos nuestro apoyo a la campaña de Marcel Claude y hemos conformado varios grupos de voluntarios Todos a la Moneda, además de desarrollar de manera activa diferentes formas de propaganda. Consideramos que nuestro apoyo no podía ser de forma externa por lo que hicimos la petición de incorporarnos como colectivos al comando y asumir un compromiso real ante todos en esta campaña. Realizamos conversaciones formales con miembros del comando pertenecientes a la Izquierda Unida, Partido Humanista y Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez y no se nos ha negado explícitamente nuestra incorporación pero en lo concreto ésta se ha ido dilatando por distintas razones técnicas y burocráticas hasta que finalmente, faltando un mes para las elecciones, se nos señaló que faltando tan poco para qué incorporarnos al comando (sic).
Si bien, tenemos divergencias en muchos aspectos y detalles con los planteamientos que ha hecho el comando y en cierta medida con algunos planteamientos de MC pero consideramos que las críticas desde fuera bien poco pueden aportar cuando en los fundamentos estamos de acuerdo con el proyecto. El mejor aporte es desde adentro, es con un compromiso real donde los éxitos, fracasos y errores son de igual responsabilidad. Esto solo es posible siendo parte activa del movimiento Todos a la Moneda.
La crisis del capitalismo es la peor de su historia y, tal vez, sea la más prolongada hasta ahora, iniciando un cambio de época histórica con profundas alteraciones en todos los aspectos de la vida social. Todo depende de cómo los pueblos asuman enfrentarla. Esto, y los proyectos alternativos de transformaciones reales al sistema que se usen para ello permitirán, en definitiva, dar un gigantesco paso a una sociedad mejor o retroceder a la barbarie. Aunque el fundamento de la crisis sea económico, se refleja en todos los ámbitos de las relaciones que existen en nuestra sociedad. No hay parches ni soluciones dentro del sistema que puedan sacarla a flote. El gran desarrollo que ha alcanzado la humanidad en todas las ramas del conocimiento, tecnológico y científico ha sido incapaz de plantearse una alternativa viable desde que se manifestó esta crisis en el 2008. Las consecuencias las sufrirán los pueblos de todo el planeta; a los ricos, con su ambición y egoísmo no les importará, en particular a EEUU y su gobierno, que se creen los dueños del mundo y defenderán este sistema a toda costa.
Chile no es ajeno a lo que ocurre en el planeta. Las movilizaciones, protestas, paros y huelgas son efectos de las mismas razones que afectan al mundo. Para nosotros, el Movimiento Todos a la Moneda es un proyecto que va más allá de estas elecciones presidenciales, va más allá de su ámbito electoral y de cambio de gobierno, no obstante que este pareciera su único fin. Es un proyecto que abarca los 500 años de lucha de nuestros pueblos contra la dominación y explotación de toda índole. Es un proyecto que pretende asentar las bases de una verdadera democracia participativa donde el pueblo determine su destino de forma soberana. Es un proyecto que pretende poner fin a la dominación de potencias extranjeras y de unas pocas familias criollas. Es un proyecto de integracionismo regional que se unirá a nuestros pueblos hermanos tal como lo han soñado todos nuestros próceres de América Latina. Es el proyecto que puede y debe unir a nuestro pueblo en la lucha por su liberación definitiva. Siempre han sido las clases dominantes las que han recurrido a la violencia, a las guerras para defender sus intereses, los pueblos anhelan la paz, los conflictos armados solo traen destrucción, muerte y miseria. Para las clases dominantes la guerra es un medio de dominación y de obtener ganancias. Sin embargo, el pueblo no temerá a ninguna forma de lucha si esta puede alcanzar sus sueños de libertad, progreso y paz.
Nuestras propuestas y análisis de la realidad no difieren en lo medular con lo planteado por el compañero Marcel Claude en sus discursos. Creemos que sus planteamientos son una visión global de todos los aspectos de nuestra realidad, abarcando los intereses de nuestro pueblo, dándole un carácter sistémico, de alternativa real al modelo vigente y realmente viable. Es por lo tanto, una verdadera razón de lucha para todas las organizaciones y colectivos que están por alcanzar una sociedad mejor. Pensábamos que serían miles los que se incorporarían a trabajar activamente, pero vemos solo a diecinueve en el comando, los mismos que conformaron al inicio el comando “Todos a la Moneda”. Los cientos de voluntarios “Todos a la Moneda” surgidos de forma espontánea a lo largo del país son una muestra que le da expectativas y validez al proyecto. El proyecto planteado por Marcel Claude debe proyectarse más allá de las elecciones (La tercera vuelta). En esa lucha para construir un proyecto alternativo al sistema, ninguna organización revolucionaria y popular puede quedar al margen.
Serán muchas las divergencias y obstáculos necesarios que superar para transformar este movimiento en una realidad política y no una simple ilusión. Para ello, consideramos cuatro aspectos fundamentales necesarios en lo inmediato.
– Son las ideas de Marcel Claude expresadas en sus discursos, conferencias, libros, entrevistas, etc., que han podido generar y aglutinar a los “voluntarios” en torno a este proyecto popular por sobre cualquier partido, organización o colectivo. Las organizaciones y colectivos deben adecuarse y trabajar en función de las ideas de MC y no al revés. El bajo protagonismo de los voceros, candidatos al parlamento, dirigentes políticos y personalidades que están con MC es reflejo de que no se marcha junto al candidato sino con mucho retraso con respecto de éste. Es imperativo permitir el ingreso de las diferentes organizaciones y colectivos que apoyan a MC y desarrollar un amplio debate, estudio y divulgación con todos sobre las ideas de MC. Para dejarlo más claro, se siguen las ideas de MC y no a los colectivos que hoy lo acompañan.
– El programa de gobierno presentado es contradictorio con los discursos de MC. El candidato ofrece una visión coherente donde el conjunto de aspectos económico, políticos, culturales, sociales y de Estado conforman un sistema integral que no se ve reflejado en el programa. Lo correcto hubiera sido estructurar un programa en base a sus discursos, entrevistas y planteamientos. En cambio, a nuestro parecer, el programa es un conjunto de ideas sueltas, objetivos generales, ideas valóricas y ciertas medidas en el ámbito social, económico y político que no alcanzan a definir un proyecto de alternativa al modelo de libre mercado e incluso algunos tienen ese carácter mercantilista. Muchos puntos del programa son contradictorios entre sí y algunos dentro de sí mismos. El programa de gobierno mientras sea más claro y simple en sus objetivos y medidas, más fácil es de entender por el pueblo. Debe ser una herramienta no solo para guiar al presidente en su gobierno sino para dar a conocer las transformaciones que son necesarias y para educar políticamente a nuestro pueblo. Creemos necesario estructurar el programa con un diagnóstico de la realidad en el ámbito mundial, regional y nacional, objetivos generales del gobierno y medidas concretas inmediatas a realizar. Por ejemplo: a los 20 minutos de asumido el gobierno llamar a un plebiscito para cambiar la constitución. La nacionalización del cobre debe ser mencionada especialmente: es el sueldo de Chile como decía Salvador Allende. La “no violencia activa” y desarme multilateral son conceptos ideologistas foráneos ajenos a nuestra realidad donde sistemáticamente se ha aplicado una violencia por parte de los sectores dominantes y el imperialismo, es convocar a la docilidad frente a la explotación, al abuso y humillación. El programa constituye la mayor debilidad para el Movimiento Todos a la Moneda.
– El cerco mediático en que está inserta cualquier propuesta que prevea el cambio del modelo imperante solo se puede romper mediante un plan científicamente elaborado que permita priorizar al máximo los recursos y medios disponibles. Es vital que la propaganda, agitación y difusión política llegue a nuestro pueblo si queremos realmente plantearnos cambios en la sociedad. Solo es posible enfrentarse al “duopolio mediático” en forma organizada y con un plan elaborado conjuntamente con nuestros mejores especialistas. La mentira y el engaño es el principal recurso de los sectores dominantes para neutralizar la conciencia de la realidad del pueblo. El carácter mercantil de los medios ha sido una contradicción insoluble hasta el día de hoy por parte de las fuerzas populares. MC lo ha sufrido en carne propia.
– Solo con la unidad de nuestro pueblo podremos alcanzar las metas planteadas. No basta con MC y sus ideas, es necesaria la incorporación de todas las organizaciones y colectivos al “Movimiento Todos a la Moneda”. Se calculan éstos en miles, a nivel nacional, algunos dicen que son cientos de miles, no solo los 19 del comando. La dictadura y los continuadores de sus políticas han fragmentado a las fuerzas populares en estos 40 años, es hora acabar con esto. El transversalismo sirve para muchas cosas, pero, es innegable que para actuar de forma unida, base principal de nuestra fuerza, es necesaria la organización a diferentes niveles. No bastan cientos de comandos y voluntarios locales a lo largo del país y un comando central. En cada barrio, comuna, zona en las grandes ciudades y en provincias, en cada región se necesitan comandos o voluntarios que se dediquen a organizar y desarrollar la labor educativa en nuestro pueblo. Todos deben estar interconectados entre sí y teniendo autonomía e iniciativas propias para realizar actividades culturales, educativas y políticas. El comando central debe tener la responsabilidad de organizar a todos los voluntarios, coordinarlos, transmitir y dar respuesta a las inquietudes, ser rigurosos en el cumplimiento de los compromisos, usar las redes sociales de forma óptima con fines organizativos. La improvisación y el dejar las actividades a la espontaneidad solo nos conducirá a la derrota y frustración.
En junio en un artículo del Portal Rodriguista se planteó:
“En el contexto actual de desorganización de nuestro pueblo y de la diversidad de tendencias políticas, no es extraña ni tampoco negativa la presentación de múltiples candidatos. Roxana Miranda, firme defensora de los intereses de los movimientos sociales y del pueblo, es una legítima candidata. Gustavo Ruz, impulsor de un amplio Movimiento por una Asamblea Constituyente, abarca una gran variedad de grupos sociales que desean cambios reales lo convierten también un candidato del pueblo. Marcel Claude, apoyado por el Partido Humanista y vastos movimientos sociales, especialmente el estudiantil, plantea profundas transformaciones económicas, sociales y políticas basadas en el control del Estado por parte del pueblo. Puede que surjan otros candidatos populares pero es esencial que converjan en un solo candidato del pueblo a medida que se acerque el día de la elección. Los mecanismos para definir pueden ser también variados, asambleas ciudadanas y populares, acuerdos, primarias, etc., pero la llegada de un solo candidato indicará el grado de madurez de nuestro pueblo, indicará el nivel de unidad alcanzado indispensable para plantearse el imperativo de asumir el poder político.”*
En las bases y en el pueblo se han hecho insistentemente la pregunta de por qué los candidatos populares van separados. Es claro que la falta de madurez no está en el pueblo, es en las cúpulas donde se manifiesta.
Es arduo el trabajo que nos depara el futuro cercano. La estructura del sistema se resquebraja y ningún candidato plantea soluciones. Todos avizoran la continuación y profundización de los conflictos sociales. La obstinación de los grupos dominantes y sus políticos por no realizar cambios estructurales al modelo económico y político acarreará penurias a nuestro pueblo, pero junto a ello emergerá la disposición de luchar por los cambios. La ambición, el egoísmo y el “placer” por el poder les impide a dichos grupos ver el abismo al que se encaminan.
Nuestro país enfrenta la contradicción principal entre el gran capital y el pequeño capital, entre las grandes corporaciones transnacionales y las pequeñas y medianas empresas nacionales, entre el menos del 1% frente al 99% de la población. El paso de las grandes empresas a manos del Estado o a su control es el fundamento para acabar con las injusticias y abusos así como la fuente de los recursos para realizar los cambios sociales y económicos del país. Por su parte, el Estado debe ser dirigido por el mismo pueblo y eso solo es posible en una democracia donde todos puedan ser escuchados y a la vez tengan capacidad resolutiva, en otras palabras, una democracia participativa. Transformar al país monoexportador y dependiente en uno autosuficiente que salga del subdesarrollo solo es posible con un serio plan de industrialización basado principalmente en las materias primas que dispone. Si tenemos las principales reservas de cobre y litio es justo que desarrollemos industrias basadas en estos rubros: fábricas de baterías y pilas, productos imprescindibles hoy en día perfectamente pueden ser hechas en Chile.
Estos meses son de profunda significación histórica que, en conjunto con la campaña electoral, la crisis y fracaso del modelo instaurado por la dictadura y en especial de las movilizaciones sociales en los últimos tres años, han puesto al descubierto las mentiras y engaños que usó la burguesía y el imperialismo para derrocar a Salvador Allende y su gobierno de la Unidad Popular. Han salido al aire las conspiraciones de los poderosos para acabar con el único gobierno popular y verdaderamente democrático que tuvo Chile en toda su historia. Para mantener su dominación y el nivel de ganancias no tienen miramientos para asesinar, desaparecer, ejecutar, torturar y exiliar a los luchadores del pueblo. En los tres años de la Unidad Popular se hizo más por el pueblo que en toda la historia del país. El allendismo surgió por ese proceso y por esa lucha, es la expresión de la unidad de nuestro pueblo.
Así mismo se conmemoran los 25 años de la muerte de Raúl Pellegrín, jefe del Frente Patriótico Manuel Rodriguez, organización que festeja los 30 años de su creación. La lucha desarrollada en la dictadura por el “frente”, siguiendo el ejemplo de nuestro héroe Manuel Rodríguez de estar siempre junto al pueblo y actuar con audacia y dispuestos a cualquier sacrificio, es lo que identifica al rodriguismo.
Nuestra convicción se afianza en luchar por una sociedad socialista como preámbulo de una futura sociedad comunista sin clases sociales, por ende, sin la necesidad de un Estado opresor, sin ejércitos y policías como instrumentos de dominación. Aunque consideramos al socialismo como la única alternativa al capitalismo, deben existir ciertas condiciones específicas para ello, un pueblo consciente y unido con la voluntad de luchar por esa sociedad. Hoy esas condiciones no están presentes, pero un sistema de gobierno con una democracia participativa y popular como la que plantea Marcel Claude y el Movimiento Todos a la Moneda, nos aproxima en gran medida a su creación.
El Movimiento Todos a la Moneda continuará con su proyecto hasta su realización plena, se irá conformando en un amplio frente de lucha por los intereses de nuestro pueblo. El rodriguismo y el allendismo serán parte de este frente al cual irán sumándose sectores de nuestra clase obrera que se identifican con Luis Emilio Recabarren y Clotario Blest, los intelectuales que se inspiran en Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Pablo de Rokha y Vicente Huidobro, así mismo los sectores revolucionarios seguidores de Miguel Enríquez y tantos otros, los sectores mapuches continuadores de las tradiciones de Lautaro, Caupolicán, Fresia y Pelantaro. Unidos y organizados derrotaremos los siglos de dominación extranjera y oligárquica.
Brigada Salvador Allende – BRISA
Portal Rodriguista
* “A LEVANTAR UNA ALTERNATIVA DEL PUEBLO”, José Leiva (portalrodriguista.org)
Fuente: http://portalrodriguista.org/carta-abierta-a-marcel-claude-y-al-comando-todos-a-la-moneda/