Junio de 1989, el Dictador visita en Valparaíso las obras de construcción del edificio del Congreso Nacional, apenas se baja del vehículo que lo transportaba, centenares de obreros de la construcción comienzan a gritar a voz en cuello, en la cara del sanguinario usurpador del poder ejecutivo en Chile: ¡ Que se vaya ! ¡ Que se vaya ! ¡ Que se vaya !
Este es tipo de trabajadores, corajudos, decididos, valientes son los que necesita el sindicalismo del Chile de hoy.
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